[:en]It is time to relive the mystery of the Passion, Death and Resurrection of Christ. The moment when christians focus on eternal salvation through the sacrifice of Jesus. A period when the Church leads Christians to reflect upon their acts and seek conversion and forgiveness of their sins. Faithfuls experience a 40-day-long period of preparation, prayer, and conversion. It starts on Ash Wednesday and continues until the Paschal Triduum, a moment that begins on Thursday of Holy Week evening with the Mass of Lord’s Supper.

During Lent, people have more opportunity to closely observe the manifestation of Eternal Father’s love through external expressions. “This love for God is the source of our courage to live in a world with all its contradictions, difficulties and challenges, without letting ourselves down, without losing faith, without being discouraged of Christian hope, and without allowing our joy to be over,” explains the Auxiliary Bishop of Goiânia, Dom Moacir Silva Arantes.

Lent is a special period because it prepares the Christian to the Resurrection of Christ. “It is from this event, the presence of the Risen Christ, that the life of a faithful is then organized towards a view of his own redemption” says Dom Moacir.

According to the bishop, Lent moves Christians to understand God’s love. This happens through sacrifices that consist in prayers, fasting, alms, penance, confession, participation in the Eucharist and the social commitment inspired by the Church’s Social Doctrine.

“Those who  intensely live the season of Lent will fully experience the Holy Week and the Paschal Triduum, encountering in themselves the same power that raised Jesus – Holy Trinity’s love” says the cleric.

The Gospels

During this time, the Gospels clearly shows the sacrifices of Jesus and invites people to understand what He has done for His brothers. In the gospel according to Saint Mark, on the first two Sundays, Jesus is tempted in the desert and at the transfiguration when He reveals Himself to the disciples in advance.

The other three Sundays are described in the texts of the Gospel of John, which presents Jesus as Light and Life. “We realize that the Gospels bring us closer to Jesus to know Him, understand His choices, the path that He travels and, that we are called to walk along with Him to experience the new life of Resurrection,” observes Dom Moacir.

Colors and symbolism

The liturgical colors of the Church symbolize the manifestation of the mysteries celebrated during this time. Each color means the time that the Church is experiencing and help Christians to identify the Liturgical season.

In Lent, purple is the color used to remember meditation, penance and, austerity, for this time is favorable for the recollection and renunciation that lead to conversion. “Lent calls us to reflection upon the reality of their own and others’ lives, the reality of the world in which we live, seeking to overcome sin and death present in us, in our brothers and in the world. We do so through confession, forgiveness and commitment to the transformation of the world”, explains the bishop.

The 4th Sunday of Lent is known as the Sunday of Joy which is a moment of delightment. Thus, the liturgical color of purple is replaced by pink.

Attitudes

Dom Moacir reinforces that Lent is time to turn our eyes upon God, recognizing His value and importance in our lives. It is also time to seek improvement and look out for those brothers with material, spiritual and, emotional needs. “During this time, listening God’s word is accompanied by works that reflect the attitude of conversion”. Therefore, three attitudes symbolize this attention: prayer, fasting and almsgiving.

Prayer

The prayer is the moment of approaching God. The believer communicates directly to the Eternal Father under meditation by himself or in groups. It is through prayer that the answers to their desires are given. Prayer should be present in all moments of a Christian life, but the period of Lent, brings the faithful to talk and dedicate himself to God even more.

Penance

Lent leads Christians to conversion. It is made by means of prayer, penance and fasting. Christians deprive themselves of something pleasant which generally happens on Fridays, as a penance in order to fight against sin in favor of spiritual growth. The penance helps to strengthen faith and follow on the ways of salvation presented by Jesus.

Charity

Considered as a concrete gesture of conversion and prayer, charity makes a christian approach himself of his brothers and collaborate with the work of God, sharing love and evangelization.[:es]Es la hora de revivir el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. El momento en que toda la experiencia de fe cristiana se centra en la salvación eterna, por medio del sacrificio de Jesús. Un período de la Iglesia que lleva al cristiano a reflexionar sobre sus actos, buscar la conversión y perdón por sus pecados. Son 40 días de preparación, oración y conversión que se inicia desde el Miércoles de Ceniza y sigue hasta la Misa de la Cena del Señor, momento en que da inicio al Triduo Pascual en la tarde del jueves de la Semana Santa.

En la Cuaresma, las personas tienen una nueva oportunidad de observar de cerca, la manifestación del amor del Padre Eterno por medio de señales externas. “Este amor a Dios, es la fuente de nuestra valentía para vivir en el mundo con sus contradicciones, dificultades y desafíos, sin dejarnos abatir, sin perder la fe, sin desanimarse de la esperanza cristiana y sin permitir que nuestra alegría se acabe”, explica el obispo auxiliar de Goiânia, Dom Moacir Silva Arantes.

El tiempo de cuaresma es un tiempo especial, porque prepara al cristiano para la Resurrección de Cristo. “Es a partir de la presencia de Cristo Resucitado, que la vida del fiel se organiza y se ordena en vista de la redención del mismo”, dice Dom Moacir.

Según el epíscopo, la Cuaresma llega para llevar a los cristianos a percatarse del amor de Dios. Y eso sucede por los sacrificios, que son realizados a través de la oración, el ayuno, la limosna, la penitencia, la confesión, la participación en la Eucaristía y del compromiso social a partir de la Doctrina Social de la Iglesia.

“Quién vive intensamente la Cuaresma, vivirá plenamente la Semana Santa, y en ella el Triduo Pascual, experimentando también en sí, la misma fuerza que levantó a Jesús – el amor de la Santa Trinidad”, dice el obispo auxiliar.

Evangelios

Durante este tiempo, el Evangelio muestra claramente los sacrificios de Jesús, e invita a las personas a percibir lo que Él hizo por sus hermanos. En los dos primeros domingos, por medio de los textos de San Marcos, Jesús es presentado a la tentación que vivió en el desierto y la transfiguración con la que anticipadamente se revela a los discípulos.

Los otros tres domingos, son los textos del Evangelio de Juan, que presenta a Jesús como la Luz y Vida. “Podemos darnos cuenta que los Evangelios nos acercan a Jesús para conocerlo, percibir sus decisiones, el camino que recorrió, y que estamos llamados a recorrer con él, para experimentar la vida nueva de la Resurrección”, señaló Dom Moacir.

Colores y simbología

Los colores litúrgicos de la Iglesia simbolizan la manifestación de los misterios celebrados. Cada color significa el tiempo que la Iglesia está viviendo y ayuda a los cristianos a identificar el Tiempo Litúrgico.

En la Cuaresma, el púrpura es el color usado para recordar el recogimiento, la penitencia y la austeridad. Ya que este tiempo, es propicio para el recogimiento y la renuncia que conducen a la conversión. “La Cuaresma nos invita a la reflexión sobre nuestra propia vida, la vida de los demás, y la realidad del mundo en que estamos inmersos, buscando la superación del pecado y de la muerte presentes en nosotros, en los hermanos y en el mundo. Superamos esto por medio de la confesión, el perdón y el compromiso con la transformación del mundo”, explica el obispo.

El 4º Domingo de Cuaresma es conocido por Domingo de la Alegría, y se presenta como un momento de júbilo dentro de este tiempo. Por eso, el color rosa sustituye el color púrpura.

Actitudes 

Dom Moacir refuerza que la Cuaresma es tiempo de dar más atención a Dios, reconociendo su valor y su importancia en nuestras vidas. El momento de buscar el cambio, para mejorar y mirar a los hermanos en sus necesidades materiales, espirituales y afectivas. “En este tiempo, la escucha de la palabra es acompañada de las obras que denotan la actitud de conversión”. La oración, el ayuno y la limosna, son tres actitudes que simbolizan esta atención.

Oración

La oración es considerada como el momento de acercamiento con Dios. El cristiano se comunica directamente al Padre Eterno, bajo la meditación en grupo o de forma solitaria. Es por medio de la oración que las respuestas a los deseos son dadas. La oración debe estar presente en todos los momentos de la vida cristiana, pero el período de la Cuaresma lleva al fiel a hablar más con Dios y dedicarse más a Él.

Penitencia

La Cuaresma lleva al cristiano a la conversión. Esta es hecha por medio de la oración, penitencia y ayuno. En general, los cristianos hacen penitencia los viernes, privándose de algo que les agrada, como una forma de luchar contra el pecado para su crecimiento espiritual. La penitencia ayuda a fortalecer la fe y seguir en los caminos de la salvación mostrados por Jesús.

Caridad

Considerada como gesto concreto de la conversión y vivencia de la oración. La caridad hace acercarse al cristiano con sus hermanos, y colaborar con la obra de Dios, llevando el amor y la evangelización.

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