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Card. Filoni: llevo el amor y ayuda material del Papa que quisiera estar en Irak con los que sufren

El Papa Francisco hubiera querido estar allí en Irak, compartiendo el dolor de […]

1_0_818722El Papa Francisco hubiera querido estar allí en Irak, compartiendo el dolor de las víctimas indefensas de la cruel sinrazón de la inaudita violencia, señala su Enviado Personal, el Card. Filoni, que lleva también ayuda en dinero de parte del Santo Padre. Mientras, resuena el apremiante nuevo llamamiento del Obispo de Roma – de este domingo – y su inquebrantable ruego: «¡Señor, haz que haya paz en nuestros días!» ante el derramamiento de tanta sangre inocente en Irak y Gaza, que ofende a Dios y a la humanidad. Agradeciendo a los que prestan socorro, el Papa Bergoglio confía en que una solución política eficaz local e internacional pueda detener estos crímenes y restaurar el derecho:

«Queridos hermanos y hermanas

nos dejan pasmados y consternados las noticias que llegan de Irak: miles de personas, entre ellos tantos cristianos, expulsados de sus hogares de una manera brutal; niños que mueren de sed y de hambre durante la fuga; mujeres secuestradas; personas masacradas; violencias de todo tipo; destrucción por todas partes, de casas, de patrimonios religiosos, históricos y culturales. ¡Todo esto ofende gravemente a Dios y a la humanidad. ¡No se odia en nombre de Dios! ¡No se hace la guerra en nombre de Dios!

Todos nosotros pensando en esta situación, en esta gente, recemos en silencio…

Agradezco a los que, con valentía, están brindando socorro a estos hermanos y hermanas, y confío en que una solución política eficaz a nivel internacional y local pueda detener estos crímenes y restaurar el derecho. Para asegura mejor mi cercanía a esas queridas poblaciones he nombrado como mi Enviado Personal, que mañana viajará desde Roma a Irak al Cardenal Fernando Filoni.

También en Gaza, después de una tregua se ha reanudado la guerra que se cobra víctimas inocentes – niños – y no hace más que empeorar el conflicto entre israelíes y palestinos.

Oremos juntos al Dios de la paz, por intercesión de la Virgen María: Dona la paz, Señor, a nuestros días, y haz que seamos constructores de justicia y de paz.

¡Reina de la paz, ruega por nosotros!»

Precisamente en la víspera de que el Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos viajara a Irak, el Papa Francisco recibió por la tarde a su Enviado Personal, al que le ha encomendado la misión de demostrar su cercanía a las poblaciones y, en particular, a los cristianos duramente golpeados por el conflicto en curso, extremadamente necesitados de apoyo y aliento.

El Papa Bergoglio reiteró al Card. Fernando Filoni sus sentimientos ante los trágicos eventos que se están produciendo – sentimientos que ya expresó públicamente en varias oportunidades – y le ha dado sus indicaciones personales para la misión que le encomienda, incluyendo también una suma de dinero para ayuda urgente a las personas más golpeadas, como signo de la concreta solidaridad del Santo Padre y de su participación en los esfuerzos de las instituciones y de las personas de buena voluntad, para responder a la dramática situación.

 

Ésta es la declaración del Enviado Personal del Papa Francisco antes de emprender su viaje a Irak:

 

El Santo Padre ha expresado en repetidas ocasiones su sensibilidad ante esta situación tan difícil que ha surgido en Irak con muchos cristianos, pero yo diría también con muchas otras minorías que están en una situación de persecución y de fuga. Pero probablemente se habla también de un millón de personas desplazadas que están buscando un lugar seguro para sus vidas y también para su futuro.

La aprensión del Papa ha sido percibida vivamente, la he percibido vivamente porque el Santo Padre, probablemente, también hubiera querido estar allí, en medio de esta pobre gente. Me encomienda esta tarea justamente para que yo haga presente este afecto, este amor profundo, ese compartir que el Papa tiene para éstos, nuestros pobres de hoy.

Así que, en un principio, es una misión de aliento, también de confianza, ayuda espiritual, moral y psicológica. Nuestra percepción es que estos cristianos, después de muchas dificultades que han tenido, puedan pensar que este país no sigue siendo su país. Irak, tradicionalmente, es un país en el que han convivido muchas realidades, también es un país acogedor, es un país donde, históricamente, por cientos y cientos de años, las minorías y las mayorías han cohabitado. Y entonces sería un verdadero pecado hoy, perder esta riqueza.

Y mi presencia también quiere animar psicológicamente a estos cristianos, para decirles que hay un futuro para ellos. Estoy convencido de que las autoridades harán de todo para poner estos cristianos en una condición de bienestar, de futuro, de seguridad. Pero también deben sentir que la Iglesia universal está con ellos, que no los abandona, que los considera valiosos en esta tierra, que tengan todavía confianza en sí mismos y en las relaciones que pueden establecer con los demás.

El Papa es consciente de todo esto. Así que mi misión será la de sensibilizar aún más a las autoridades, instándolas en beneficio de nuestros pueblos y al mismo tiempo, estudiar cómo ayudarles concretamente en esta situación y en un futuro próximo, y luego agradecer a todos – a las autoridades, organizaciones eclesiásticas y no eclesiásticas – agradecer a todos por lo que están haciendo a favor de esta población. Creo – resumiendo – que este es el aspecto que tiene que ver un poco con mi misión.


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